¿Qué enfermedades psicológicas impiden la conducción segura? - peritos accidentes

¿Qué enfermedades psicológicas impiden la conducción segura?

Algunas enfermedades psicológicas producen alteraciones de los sentidos, la percepción de la realidad o afectan las habilidades motoras. Estas alteraciones impiden a quien la padece tener las condiciones idóneas para conducir de forma segura para ellos y los demás. En España, la Ley de Tráfico y Seguridad Vial establece que los conductores deben estar en pleno uso de sus facultades físicas y mentales. La DGT es bastante clara en las enfermedades mentales que impiden la conducción. Veamos cuáles son las enfermedades psicológicas afectan la seguridad vial.

Las enfermedades psicológicas incapacitantes en la conducción

Muchas de las enfermedades psicológicas no tienen ningún efecto en la capacidad, habilidad y aptitud de los conductores. No obstante, existe un grupo de afecciones que limitan la capacidad de reacción, habilidades motoras o percepción de la realidad. Como peritos de accidentes de tráfico y seguridad vial hemos enumerado las enfermedades que más afectan la conducción:

Trastornos catatónicos

El síndrome catatónico afecta a la motricidad, la atención, el pensamiento consciente y la claridad mental. Debido a múltiples causas, el trastorno catatónico puede producir una parálisis corporal espontánea, catalepsia, conductas impulsivas o reflejos exacerbados.


Trastorno del sueño

El trastorno del sueño, una de las enfermedades psicológicas más frecuentes en la actualidad, afecta la capacidad de atención de un conductor. El conductor con trastornos del sueño puede presentar alucinaciones, estados de sueño espontáneo, lentitud de reflejos o percepciones alteradas de la realidad.


Alcoholismo y drogodependencia

Los pacientes que presentan una dependencia patológica a sustancias como el alcohol y drogas no se consideran aptos para conducir. La alteración de los reflejos, la percepción y la reacción ante estímulos se ve afectada por el consumo de drogas psicotrópicas, alucinógenas, opioides o alcohol.


Trastornos esquizofrénicos

La esquizofrenia es una enfermedad que altera la percepción de la realidad, altera la emocionalidad y puede afectar la capacidad motriz de los pacientes. Estas alteraciones pueden ser impredecibles con conductas depresivas, agresivas o delirios que afectan la conducción.


Enfermedad paranoide

La paranoia es una alteración psicológica que afecta la percepción de la realidad, la interacción ambiental y los reflejos de una persona. La legislación de tráfico considera que los pacientes esquizofrénicos y paranoicos no son aptos para obtener un carnet de conducir.


Trastornos depresivos

Aunque la depresión se considera una de las  afecciones psicológicas más comunes en el mundo, los pacientes con trastornos depresivos diagnosticados están incapacitados para conducir. Estos pacientes pueden desarrollar delirios, conductas suicidas, episodios de evasión, hiper agresividad o conductas que afecten la seguridad vial.


Demencia Senil

La demencia senil se considera una enfermedad multifactorial que puede producirse como consecuencia de enfermedades degenerativas como el Alzheimer. Estos pacientes pierden la capacidad social, de percepción de la realidad, control psicomotriz o catalepsia.


Trastorno de déficit de atención

El TDAH puede manifestarse en dos formas: con y sin hiperactividad. No obstante, el síntoma más común es la pérdida de la capacidad de concentración, ubicación temporo-espacial y de autocontrol emocional.


Fármacos antipsicóticos, anticonvulsivos y antidepresivos

Muchas enfermedades psicológicas requieren de tratamientos farmacológicos. La ley prevé que el consumo de estos medicamentos se consideran como alteradores de la consciencia. Por lo tanto, se consideran como sustancias prohibidas y sujetas a multas, pérdidas de puntos o incluso, retiro del carnet de conducir.

Ante una persona que presenta síntomas de alguna enfermedad psicológica, la mejor conducta es acudir al especialista y pedir una evaluación médica. Prevenir accidentes pasa también por atender las recomendaciones de seguridad vial en relación a la salud física y psicológica.

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