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Seguridad vial, el peligro de conducir deshidratado

Un accidente de tráfico, es una serie de eventos desafortunados, donde intervienen cientos de factores como el tiempo, estado de las vías, coche, conductor, peatones y un montón de etcéteras que se suman y conjugan con resultados, a veces, muy lamentables. 

En el complejo proceso de la conducción de un coche, actúan en perfecta sincronía: vista, oídos, manos, pies e incluso el olfato. Conducir un coche incluye, no sólo la percepción de los eventos presente, sino la predicción de eventos del futuro inmediato y acciones de terceros en la vía como otros coches, peatones, obstáculos, etc.

El conductor de un coche, es el principal responsable, por acción u omisión, de los incidentes en los que se vea involucrado el coche que conducen. Es por ello, que las leyes internacionales son taxativas en relación a la pericia y la total capacidad física y mental del conductor a la hora de conducir


El estado físico y mental a la hora de conducir

Un amplio apartado en la Ley de Tráfico y Seguridad Vial, contempla los elementos que afectan a la habilidad de conducción. El consumo de alcohol y drogas están tipificados como grandes alteradores de la conducción. 

De hecho, se establecen los parámetros de intoxicación etílica y por estupefacientes; se cuantifican en niveles en exudado y sangre. Además que establecen duras sanciones, que van desde pérdida de puntos, suspensión del carnet de conducir, multas e incluso penas de prisión. La conducción bajo efectos de medicamentos prescritos por un profesional de la medicina, están señalados dentro de la ley, sus sanciones y otros elementos de importancia. 

Sin embargo, hay eventos corporales naturales que causan prácticamente los mismos efectos impeditivos de la conducción. Estos elementos, no son cuantificables ni penados por la ley, pero son tanto o más incapacitantes de la aptitud física y mental del conductor, estos factores pueden ser el insomnio, la fatiga y la deshidratación. 


Conducción y deshidratación

En lo relativo a la deshidratación, podemos considerar que es un factor que conlleva efectos similares a la conducción como la intoxicación por efectos de alcohol o drogas. Un cuadro de deshidratación, causa una disminución importante en la capacidad motora y cognitiva del individuo. Desde una deshidratación leve, que sólo causa pequeños efectos como la sensación de sed, cefaleas o vahídos; hasta la deshidratación severa que puede causar una pérdida de la consciencia sin síntoma previo. 

La falta de hidratación puede causar un desbalance corporal que conlleva a que el cerebro, como mecanismo de defensa, disminuya la actividad física y mental a fin de ahorrar energía y compensar el desgaste que causa la falta de agua a nivel celular. Múltiples estudios desarrollados por el European Hydration Institute han revelado, que incluso, bajo medianos estados de deshidratación, un conductor está expuesto a cometer errores básicos en la conducción de un vehículo.

Los expertos indican que deben beberse diariamente, entre 6 y 8 vasos de agua (o líquidos equivalentes) para mantenernos hidratados. 


Cómo saber si estamos hidratados

Ahora bien ¿Cómo saber que estamos deshidratados? Los síntomas más frecuentes son: Sensación de Sed, boca y lengua adormecida o con sensación pegajosa, dolor de cabeza, debilidad, fatiga, irritabilidad o leve mareo, entre otros.

Debemos tener en consideración que conducir un coche bajo estados de deshidratación, trae consigo un riesgo a tomar en cuenta, especialmente en estaciones de verano, zonas litorales o tras una actividad física demandante.

Lo más aconsejado, al percibir que estamos bajo un estado de deshidratación, es:

  1. Aparcar en un lugar seguro
  2. Consumir agua suficiente
  3. Mantenernos en reposo 
  4. Sólo retomar la conducción cuando nos sintamos totalmente recuperados. 

Recordemos que de nuestras acciones no solo está en juego nuestra seguridad sino la de los demás.