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Razones médicas para NO conducir

Si consultamos con cualquier perito de accidentes de tráfico nos dirá que el 90% de los accidentes se producen por errores humanos en la conducción. No lo percibimos de manera directa pero cada vez que ponemos en marcha un vehículo en nuestro cuerpo suceden una serie de actividades de forma simultánea. Actividades que demandan un gran esfuerzo cerebral y orgánico de coordinación, percepción e interpretación de estímulos en búsqueda de una acción/reacción.

El movimiento de un peatón por el rabillo del ojo a 25 metros, calculando la velocidad en la que se mueve y estimar si debemos frenar o no, en milisegundos. Cambios de un semáforo, objetos en movimiento, lluvias repentinas, obstáculos en la vía o coches que frenan de improvisto. Todos estos elementos suceden de manera continuada y repetida en un trayecto de pocos kilómetros, multiplicados exponencialmente a medida que circulamos por las vías.

Sin darnos cuenta, nuestra mente debe procesar en nanosegundos los estímulos recibidos por los sentidos, calcular los riesgos y dar órdenes a los pies o manos. Esto debemos hacerlo mientras conducimos un vehículo de miles de kilogramos a una velocidad determinada y con condiciones climáticas a veces, adversas. Como podemos intuir, todas estas actividades requieren de un estado de salud física y mental óptimo para favorecer la seguridad en las vías.

La Dirección General de Tráfico ha determinado que existen ciertas enfermedades o condiciones que incapacitan este óptimo estado físico para la conducción. Incapacitar a

conductores por determinadas enfermedades es una medida de seguridad para el conductor y los demás, pues si no reúne los requisitos mínimos para una conducción segura, es una forma de evitar accidentes.


Las enfermedades incapacitantes de la conducción

De acuerdo con los especialistas de reconocimientos médicos de la DGT y confirmado por los máximos peritos de accidentes de tráfico, las enfermedades más incapacitantes son:

Enfermedades oftalmológicas y auditivas

El sentido de la vista es neurálgico en la conducción. Las enfermedades oculares que producen ceguera total o parcial de uno o ambos ojos son consideradas incapacitantes. Las enfermedades que afectan de manera crónica y progresiva el campo visual,  precisión, agudeza o contraste de distancias, son causa de suspensión del carnet.

El sentido de la audición es fundamental en la conducción. Por lo tanto, la pérdida de audición o hipoacusia superior al 45%, imposibilita una conducción segura.


Enfermedades cardiovasculares, renales y pulmonares

Los fallos cardiovasculares durante la conducción, los síncopes cardíacos o la pérdida de conciencia son causantes de accidentes mortales. Las arritmias, bradicardias y taquicardias, anemias, leucopenia, trombopenia, poliglobulias, leucocitosis y trombocitosis graves. Todas estas enfermedades están asociadas con síncopes vasovagales.

Las nefropatías graves requieren de procesos de diálisis que incapacitan la conducción segura. Del mismo modo, las disneas y trastornos pleurales, diafragmáticos o pulmonares, así como las apneas del sueño se asocian a pérdidas de conciencia repentina.


Enfermedades motoras

En términos generales, cualquier enfermedad que impida al conductor mantener la posición sentado, se considera motivo de incapacidad. La incapacidad de operar los controles manuales y pedales del vehículo, así como la estatura por debajo de la mínima exigida, se considera incapacitante.


Enfermedades mentales, cognitivas o psicológicas

Las enfermedades que impidan al conductor mantener una conducta serena y consciente durante la conducción se consideran motivos para la suspensión del permiso de conducir. Del mismo modo las discapacidades cognitivas que impidan la interpretación de las señales de tráfico, respuesta ante estímulos o limiten la reacción. Las enfermedades producto del consumo de drogas o alcohol, son consideradas como factores que inhabilitan a una persona para obtener el carnet de conducir.

Es importante saber que la mayoría de las evaluaciones psicofísicas exigidas por la DGT, no pueden diagnosticar muchas de estas enfermedades. Desde Iteco Ingenieros, perito accidente trafico, apelamos a la consciencia ciudadana y evitar conducir si se es diagnosticado con alguna enfermedad que impida una conducción segura.

Además de estas razones médicas que incapacitan para la conducción, es recomendable tomar una serie de precauciones si se va a conducir de noche.